Cuentan las lenguas antiguas que hubo un tiempo en que los hombres vivían en cavernas, se alimentaban de los animales cazados y se mudaban de casa continuamente. Cuentan además, que éstos eran parecidos a los monos, a nuestros antepasados, a aquellos que dijo Darwin "de los que procedemos". Eso cuentan las antiguas lenguas ya olvidadas por algunos.
"Sic transit gloria mundi", así pasa la gloria del mundo, decía el viejo idioma latino. Eso decían ya hace 2.000 años, y esa frase podríamos seguir aplicándola a la realidad. Así pasamos, sin darnos cuenta de lo que hay, para lo que estamos, para lo que vivimos. Mírate a un espejo y pregúntate ¿qué soy?, ¿para qué estoy? Busca una respuesta más allá de lo superficial. Búscala y encuéntrala.
Estamos más que acostumbrados, yo diría habituados, sí, esa es la palabra, a estar y no estar; a vivir y no vivir; a ver y, a su vez, no ver. Miramos la vida a través de dos pequeños ventanucos, que los doctores llaman ojos y que yo hoy llamo ventana. En esa ventana, parece haber una persiana que se cierra y sólo se entreabre para dejar pasar aquello básico, esencial, por esos pequeños agujeros que la forman. Nunca, nunca, esa persiana se nos abre de todo. Nunca miramos más allá de esos agujerillos industriales, jamás. ¿Por qué? No lo sé. Hay pocas personas que lo hacen y ellas son para mi verdaderos ejemplos a seguir. Miembros de ONG´s, voluntarios... personas verdaderamente, así pienso que se deben llamar, humanas. Los admiro y, sinceramente, espero llegar a ser pronto así.
Mi pregunta viene ahora, la de más vital importancia. ¿Para qué vives?, ¿para enriquecerte? me da vergüenza pensarlo cuando hay gente que muere día a día, injustamente. Dejemos a un lado las hipocresías. Seamos humanos, tengamos una visión, un sentimiento, en definitiva, una razón de ser, en la que el hambre, las injusticias de este dichoso mundo, sean parte de nuestra conciencia y luchemos para acabar con ellos. Luchemos para tener un mundo justo, una naturaleza, limpia y sin riesgo de padecer los efectos de nuestra existencia. Me avergüenzo de muchas cosas, y creo que ya va siendo hora de que vaya dejando de hacerlo. Luchemos por el equilibrio entre continentes, hagámoslo, pues sólo así, sólo cuando esto se acabe, sólo entonces seremos verdaderamente humanos.
Echemos (primera persona del plural: todos, incluído yo y tú y él y ella) una mirada más allá de esa ventana entreabierta, hagámoslo ya de una maldita vez, bien sea por tu Dios, por tu Alá, por tu mujer, marido, hijos y hijas, hermanos y hermanas... sin decir más, por todo aquello que amas pues, al fin y al cabo, son ellos y ellas, somos nosotros y nosotras, los que formamos este planeta. Hazlo por lo que quieras, pero hazlo. Lucha por lo que quieras, pero lucha. Es tan fácil como abrir esas ventanas, nada más, tan fácil como un movimiento de manos, todos juntos, podemos, y debemos. Ábrela para ya nunca más cerrarla, que ese "entreabierta" deje paso a la luz radiante de un nuevo día en el que un gran Sol brille sobre un mundo algo más justo, algo más humano.
_Dant_
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