Durante la "Larga Marcha" ambos partieron descalzos desde su humilde hogar del Castrillón rumbo a tierras del Dalai Lama Juan O´Barbuchán, noble Dalai de los Cantoautores Tibetanos. Recorriendo las difíciles tierras y mediante rutas de Dificultade Levadeira, el noble camino les llevó por senderos de arena fina y suave recorriendo Gallaecia y cruzando las muy nobles tierras de Hispania guiados por las explicaciones del Luismiguíal, noble funcionario sin lugar en la enseñanza de la materia de la que tanto sabe, la Historia.
En dos meses llegaron al Mediterráneo despidiéndose ya de Luismiguíal y tomando la goleta Mari-Carmela, en honor de dos senderistas (una que era amante de las tortillas y una empresaria de alto standing) comandada por el grumete Manuel "Pistón", que los llevó hasta tierras de Oriente atravesando el bravo mar lleno de sirenas y calamares gigantes.
Ya en Oriente, se encontraron con la noble Lola Al-Café, muy amiga de los trapicheos de Cacao y otros granos de especias muy apreciados en Hispania y que, a través de la Sabia Telefonista Miarna, conseguía traspasar en la frontera con Marruecos, y de allí a la Península. Lola los guió por el vasto desierto, donde se encontraron con Reme Poppins, aparecida tras una lámpara mágica y que les advirtió de los peligros del camino y de un mago oscuro llamado Serafinius, muy temido por la zona pero con el que nunca se llegaron a encontrar.
Dejaron ya Oriente y se dirigieron, sepan ustedes, por un camino de Selva guiados por Marce-Linó y su elefanta Nieves, en honor a una antigua mujer de la otra vida. Guiados por la Selva, compartieron aventuras con Güille Livinstone, noble explorador de las tierras del Más-Sabedonde y experto en bichuchillos y animales imaginarios de tiempos anteriores a la Edad de Los Iarenses, época vivida por nuestros personajes.
Finalmente traspasaron la frontera norte del país y llegaron a su lugar de retiro desterrenal y espiritual permanente. Allí, Marisiña y O Condor, Ma y Ri, pasaron largos y maravillosos años de rezos y cantos acompañados por Juan O Barbuchán, Dalai Lama de los Cantoautores Tibetanos. El amor los acompañaría siempre por los años de los años...
Aquí, en O Castrillón, donde fueron recordados como héroes, se libraron largas batallas para derrotar a un ser maligno que poblaba estas tierras y siempre, siempre, fueron recordados como símbolo supremo del amor mútuo y la bondad. En su antigua casa, reza un cartel:
O pobo do Castrillón e no seu nome,
a súa Presidenta: Teresa Colgarejos Varios
ano 3596 da Idade dos Iarenses